DILIGENCIA EN LA ADVERSIDAD

Proverbios 24:10: —Si fueres flojo en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida.

Ninguna persona quiere sufrir. Sin embargo, sufrir por negligencia es necedad. Se sabe que el carácter, la valentía, el comportamiento aguerrido se forma en la adversidad y el fracaso. Solo los cobardes se dan por venció fácilmente. El diligente ve en el fracaso oportunidades para hacer las cosas mejor o para analizar en donde estuvo el error. La historio cuenta de muchos hombres que experimentaron el fracaso varias veces antes de verse realizados. Walt Disney fue despedido de una televisora porque le faltaba creatividad y después de fracasar varias veces creo el parque de diversiones más famoso de EU. Thomas Edison fue enviado por su profesora a casa porque era un niño especial, según su maestra tenía deficiencia de aprendizaje; la madre de Edison cambio la visión de la maestra y fue uno de los más grandes inventores de los Estados Unidos. La diligencia conduce a la excelencia. Muchas de las vacunas que hoy previenen enfermedades en los humanos fueron descubiertas después de muchos fracasos. Una persona perezosa jamás alcanzará sus metas.  

En la vida cristiana es igual. Solo los que perseveren en Cristo heredaran la vida eterna. La salvación es del Dios, en Cristo Jesús. Así que, el cristiano debe anhelar ser como Jesús cada día. Nunca se debe dar por vencido, aunque este pasando la dificultada más grande y difícil de soportar. El poder fortalecedor de la adversidad nos hace diligentes. Por ejemplo: cuando un equipo de futbol se enfrenta, sabe que tiene que luchar para ganar, la sabiduría se logra cuando pasamos por dificultades, ya que, nos permiten reflexionar, se aprende a responder a la dificultad con fe y esperanza, a cuidar los pensamientos y palabras. Un líder no llega a la conquista sin antes vivir tiempos complicados y amargos.

La diligencia nos enfoca y mantiene animados; pero la adversidad nos da las armas para la batalla. Jamás se ha visto a un triunfador alcanzar sus sueños acostado en un sillón. Para lograr sus metas está de pie y trabaja duro. La persona que se queda sentada ve pasar la vida sin hacer nada. A lo largo de mi caminar he visto que la adversidad produce músculos emocionales fuertes, lideres llenos de amor y confiables, pero más importante, nos prepara para la gloria de Dios. Nunca baje la guardia en el día de la adversidad. Sea perseverante, aunque la gente diga que no lo va a lograr. Recuerde que la gente va a hacer todo lo posible por detenerle, si ven que no lo consiguen, le dirán que hacer y si lo logra le dirán que siempre creyeron en usted. Lo que dice gente no define a un triunfador, sino su dependencia en la voluntad de Dios. Se deposita en Dios sin importar lo que tenga que sufrir, es perseverante porque sabe que Dios le ha llamado a cosas grandes.

Nunca debemos olvidar que Dios está con nosotros sin importar si los tiempos son malos. Él quiere desarrollarnos a la medida de su Hijo Jesucristo. Dios mismo a través de la obra de su Espíritu nos ayuda con nuestra incredulidad para que confiemos en Él. No menospreciemos la adversidad, porque nos ayuda a santificarnos y fortalece nuestra fe. Nos ayuda a confiar. Como hijos de Dios debemos aprender a caminar con Dios en todas las etapas de nuestra vida. El Señor esta con nosotros sin importar debilidades, inseguridades y miedos. Dios es nuestra ayuda. Permita que Dios le dirija en la adversidad para disfrutar sus triunfos.