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Dios es El Centro


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Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Salmos 16:8


Las palabras del salmista nos llenan de esperanza, ya que nos animan a caminar según el plan de Dios para nuestras vidas. ¿Pero que sígnica poner a Dios en el centro de todo lo que hacemos y somos? Tener a Dios en el centro involucra un aspecto negativo y uno positivo. Primero debemos observar lo que no significa tener a Dios en el centro de nuestra vida. No tenemos a Dios en el centro cuando todas nuestras decisiones están basadas en deseos egoístas o cuando nuestra fe se basa en hechos y no en la obra que Dios ha hecho esta perfeccionando en nosotros, especialmente la salvación que tenemos en Cristo; esto es, la obra de la cruz. Dios no está en el centro cuando nuestras decisiones siguen un patrón humanista y no la certeza de que Dios nos sostiene en medio de cualquier adversidad.

Segundo, tener a Dios en el centro equivale a vivir una vida que modele la obra que Cristo ha hecho en nosotros; además, según maduramos en la fe el Espíritu Santo nos va formando a la medida del varón perfecto, Cristo. Hay varias maneras para poner a Cristo en el centro de todo en nosotros; sin embargo, la evidencia más contundente es cuando oramos a Él para emprender cualquier proyecto. Como dice el apóstol Pablo, “orad sin cesar” 1ª Tesalonicenses 5:17. La oración demuestra dependencia y sumisión a la voluntad de Dios.

¿Qué implica vivir en la presencia de Dios? ¿Cómo mantenernos en una comunión estrecha con Cristo de tal manera que dependemos de Él para todo? ¿Por qué es importante comunicarnos con Cristo para todo lo que hacemos? Sin duda que lo más importante cuando nos respondemos estas preguntas tiene que ver con mantenernos enfocados en la obra que el Señor ha hecho en nuestras vidas. Adorarle por sus hechos majestuosos y enfocados en vivir en la presencia de Dios; esto incluye esos momentos de dolor, angustia, sufrimiento e incluso muerte. Un cristiano que depende de Dios y dispone su corazón a la gloria de Dios no solo vive una vida piadosa, sino que eleva sus oraciones delante de Dios con manos limpias y corazón puro.

Una conciencia sometida a la voluntad de Dios en Cristo siempre produce una deseo genuino y constante en vivir en la presencia de Dios en oración y meditación de la palabra de Dios. De hecho, nuestro espíritu se nutre de aquellas cosas que forman nuestro carácter cristiano a la medida del varón perfecto, Jesucristo. Cuando Cristo está en el centro de todo lo que somos y hacemos una línea de comunicación se abre entre Dios y nosotros; así que podemos tener esa relación con Él y creer en todas sus promesas sin la más mínima duda.

Procure siempre que Cristo sea el centro de su vida y vera que las cosas tomaran otro sentido en su vida; aunque esto no significa que todo vaya bien, pero aun lo malo toma otro sentido cuando Cristo está en el centro. El apóstol Pablo dice que, “a los hijos de Dios todo les ayuda para bien” Rom. 8:28, si aceptamos esta verdad en nuestra vida, Dios es el centro de todo lo que somos y hacemos. Comience hoy con la determinación de que Cristo sea el centro de todo y Él ira al frente peleando por usted. Ponga sus cargas delante de Él y Él le guiará en sus planes de vida; de hecho, pídale que le ilumine para planear sus días y su futuro según la perspectiva de Dios para usted. Vivir en la presencia de Dios significa procurar las disciplinas espirituales.

 
 
 

2 comentarios

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Buenos artículos

Son interesantes, que Dios continúe bendiciendo

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iglesiavn20
06 mar 2024
Contestando a

Muchas gracias hna Altagracia


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