UNA REGLA DE VIDA
- Pr. Jose J. Ramirez
- 6 jul 2022
- 3 Min. de lectura

Una persona que anhela tener amigos debe mostrarse amigo. Es ilógico esperar que las personas nos amen y se muestren fieles a nosotros cuando no estamos dispuestos a amar y cuidar la relación que mantenemos con ellos. El amigo para fortalecer la relación debe mostrarse amigo. Es un principio de reciprocidad. Las reglas para que la amistad se fortalezca son sencillas.
Proverbios 18:24
Cada uno de nosotros somos responsables primero de cuidar nuestra relación con Dios porque en esta relación se fundamenta la relación con los demás. Jesús puso su vida por sus amigos, nosotros, así que todo lo que necesitamos para amar a los demás vine de la relación que mantenemos con Dios. Todo el camina con Dios en su corazón, ha encontrado la vida, la luz y la razón de la vida, así que con seguridad puede mostrarse amigo. Todo aquel que ha sido encontrado por Dios tiene comunión con los hermanos y por eso puede amarles, cuidarles, vive en armonía y paz con ellos porque practica una virtud importante, la paciencia.
Para una buena relación el creyente debe dejar de lado el ego. Uno de los grandes problemas en las relaciones interpersonales es el orgullo; cuando nos dirigimos a una persona deberíamos hacerlo con respeto, prudencia y sinceridad, las personas saben cuando les estamos tratando de tomar el pelo. Por ejemplo, haríamos bien al preguntarles por su día, cuales son los hábitos que practican, cuando fue la ultima vez que salieron a comer algo, como esta su salud, como va su relación familiar, si están pasando algún problema en lo que les pueda servir. Esta clase de preocupación muestra que nos importan como personas.
Trate de mantener la clama en momentos de tensión. Un adagio popular dice que la paciencia es la madre de todas las ciencias. Tenga cuidado de los chismes, difamación o gritería, estas cosas son la causa de muchas relaciones rotas. Los buenos amigos deben mostrarse fieles aun en aquellos momentos de tensión y no permitirse el chance de ofender con palabras o con acciones. Un fiel amigo no es resentido o fácil de ofender, es prudente, paciente y justo en todo tiempo.
Sea solidario con sus amigos. Hay momentos en la vida de las personas en las que pasan por duras pruebas, apoye a sus amigos en estos momentos de crisis, no se retraiga o se aísle, apoye con consejos, solidarícese con la situación, ame a los amigos, aunque se equivoquen, recuerde que son seres humanos. Apóyeles en tiempos de emergencias. Recuerde que, en algún momento de nuestra vida, también nosotros les vamos a necesitar y si nuestros amigos ven que nosotros no estamos por ellos, ellos en los momentos difíciles estarán para nosotros.
Practique la alegría como principio de vida. Las personas no quieren estar con personas negativas, iracundas, mal habladas, de pensamientos sucios o de labios rápidos para el engaño. Las personas aman la verdad y les encanta tener cerca a personas de buenos sentimientos, fieles y disfrutan estar cerca de personas positivas. La forma de ser de una persona eleva los corazones de otras y hace amena su compañía.
El consejo del proverbista es a cultivar las relaciones con los amigos. La virtud más bella que se puede ver en una persona es la mansedumbre, pero se debe reconocer que el único que puede otorgar este don al hombre es Dios. Jesús dijo que los hombres mansos no solo serían bienaventurados, sino que la tierra les sería otorgada. Si una persona vive en paz con Dios esta paz se verá reflejada en su relación con los demás. El paralelismo sinónimo que presenta el versículo hace ver que un amigo recibe lo que esta dispuesto a dar. Jesús nos dejó el mismo principio: “este mandamiento les doy, que os améis unos a otros, de la misma manera que yo les he amado, Jn. 15:12,13. Jesús da el ejemplo, Él hace la demanda. El amor debe ser siempre sin fingimiento y desinteresado, porque este es el amor que Jesucristo nos ha mostrado con hechos contundentes. El amigo debe mostrarse amigo en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia Prov. 18:24.










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